La palabra Mandala significa "círculo" en sánscrito y tal vez sea ese el símbolo bajo el cual se esconde el poder de un Mandala, una forma geométrica dibujada con un punto central, visible o no, todo círculo tiene su centro. Pero en realidad un Mandala es una forma de energía pura, una esencia, en forma de colores, símbolos, líneas y puntos, en un soporte material que hace visible lo inmaterial.

 Según la psicologia el Mandala representa el ser humano. Interactuar con sus formas ayuda a curar la fragmentación psíquica, a comunicar nuestra Creatividad y a  re-encontrarnos con nuestra propia esencia.

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 Los Mandalas actúan a través de distintas áreas, activando la psiche, modificando nuestras emociones, equilibrando la energía y conectando al individuo con su inconsciente. El Mandala envía impulsos a la mente interior donde alcanza los receptores cerebrales y se transforma y se obtiene la información. 

 Mientras pintamos un Mandala realizamos un trabajo personal, muy profundo a distintos niveles: emotivo, intuitivo, motorio de inteligencia lógica-matemática, espacial, interpersonal e intrapersonal.